Diego

2 sep 2024 · 2 mins

El Diego del que quiero escribir en esta entrada no tiene el toque de balón que tenía el Diego Maradona, ni falta que le hace.

Tampoco es el Diego Velázquez, de cuya imaginación y pinceles surgió esa obra de arte que es “Las Meninas y las Hilanderas”.

No, no es ninguno de esos.

Aunque, ahora que lo pienso, en su forma de trabajar (y sé lo que me digo), siempre entre cacharros informáticos y ordenadores retro, se le nota un cierto toque de genialidad, como a los otros dos Diegos.

Ya hablé de él, de refilón, en Entre frikis anda el juego, pero repasando dicha entrada, he descubierto que no mencioné su nombre.

Así que hoy lo hago más directamente.

A primera vista, viéndole el cascarón, puede parecer un cincuentaañero, una persona ya un poco madurita, changao por fuera, como otra cualquiera de su (ya considerable) edad.

Pero en realidad, si lo conoces tanto y tan bien como lo he llegado a conocer yo, te darías cuenta que no es así.

Para nada.

Por dentro, sigue siendo un jovenzuelo. Su alma es tan joven como la de un niño de pecho.

Se bien lo que me digo, porque ha sido mi compañero de trabajo durante más de diez años, y, espero, que sea (y siga siendo) mi amigo durante el resto de nuestras vidas.

Diego es una buena persona.

Es capaz de defenderte a capa y espada en plena discusión de trabajo, donde tu, ya sin fuerzas, eres incapaz de hacerlo.

O dedicarte un directo en su canal de YouTube, apenas unos días después de que te hayan abierto la cabeza, para la implantación del neuro-estimulador.

O regalarte, el día de tu cumpleaños, algún complemento a tu museo retro, y organizar tu despedida sorpresa del trabajo, cuando menos te lo esperas.

Además, su manera de reír y su humor son contagiosos.
Hace que, inevitablemente, sonrías, mientras te cuenta batallitas sobre juegos retro o películas de terror y ciencia ficción cutres, que sólo los más frikies, como el y como yo, conocemos.

Hoy cumple cincuenta y un años.

No es una cifra tan redonda (y tan especial) como los cincuenta, pero ¡oye, ahí está!.

Feliz cumpleaños, Diego.

Feliz cumpleaños, amigo.

Diego

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