Ayatollah no me toques la pirola

31 dic 2023 · 2 mins

Hoy es 31 de diciembre del año de nuestro señor del 2023, el último día del año.

También es el cumpleaños de mis dos gemelos favoritos, Oscar y Alvaro, y de Patxi, que, por casualidades de esta vida, es medio pariente mio, a parte de amigo.

No estaba seguro de si escribir algo o no en el diario, entre otras cosas, porque la mano y el pie casi no me dejan hacerlo, y el portátil baila descontrolado, apoyado sobre mis piernas, mientras me siento en el sofá e intento enfocar mi maltrecha vista en la pantalla, con mis relucientes gafas nuevas.

Pero es que no me he podido resistir.

Me he levantado (o, mejor dicho, nos hemos levantado) medio desanimados, porque no hay manera de dejar atrás los efectos secundarios de la última variante del COVID-19, que debe llamarse “pirola”. Y, si no se llama así, la bautizo yo de esa manera, porque me está tocando, literalmente, mis partes bajas.

Hay que joderse. Nos habíamos librado de todas las variantes del COVID desde el principio, a base de precaución, de mascarillas, de hidro-alcoholes y de mucho pasear por el monte, en medio de la naturaleza, y, cuando menos lo esperamos… ¡zas!

Lo de “pirola”, me ha traído a mi mente calenturienta la melodía, dulce y punkarra de una canción de Siniestro Total, titulada “Ayatollah, no me toques la pirola”, que, si mi memoria no me falla, es de 1982, y que yo escuché por primera vez a finales de los ochenta, con unos 15 o 16 años, en mi primer walkman, a todo volumen.

Me niego a acabar el año desanimado, así que le voy a dar la vuelta, animando a todo el que pueda y tomándome otra media pastilla de optimismo, deseando que el año que viene sea muchísimo mejor que este, para todos, para los amigos, y, sobre todo, para los “enemigos”…. tarareando “Ayatollah, no me toques la pirola”

¡Feliz Año 2024!

Por cierto, si quieres escuchar la canción, lo puedes hacer aquí

Ayatollah no me toques la pirola

Compartir