Más fácil será vencerlo

10 abr 2019 · 4 mins

Mañana, día 11 de abril, es el día mundial del Párkinson y, este año, tiene como lema “Conocerlo es el primer paso para combatirlo”.

No sé de quien ha sido la idea, pero coincido plenamente con ella.

A mi parecer, el miedo más irracional del ser humano es el asomarse al precipicio de lo desconocido, ser invadido por el pavor a la incertidumbre que produce el no saber a dónde vas.

Sé que es fácil decirlo, y, sobre todo, muy difícil hacerlo, pero hay que ser valiente y asomarse al vacío, diluir el miedo en la savia del conocimiento.

Por esa razón me acerqué (o, mejor dicho, nos acercamos mi hermana y yo) hace ya casi dos años a Anapar, la Asociación Navarra De Parkinson.

Y también por esa razón, he participado en el video “Yo y mis síntomas”, comentando lo que a mí más me cuesta combatir, la ansiedad.

En el bombo de la lotería del destino, te pueden tocar varios premios:  Ansiedad, depresión, pérdida de olfato, dificultades en el habla, temblores, falta de movilidad, exceso de salivación, dolores musculares…

Estoy seguro de que, con el tiempo, Parki tendrá su nombre inscrito en una lápida en el campo santo del olvido de las enfermedades, como muchas otras ya lo tienen.

Pero para ello, para que llegue ese momento, no se puede mirar para otro lado.

Eso no va a solucionar el problema.

Hay que poner medios e investigar, empezar a caminar para llegar a la meta.

Si no sabes a dónde vas, es muy difícil llegar a tu destino.

He de confesarlo: Tuve miedo en el momento de grabar el video, porque volvieron a invadirme mis puñeteras inseguridades, haciendo que no diera de mí todo lo que realmente hubiera podido dar.

Nunca me ha gustado mostrarme en público, y mucho menos ponerme delante del ojo diabólico de una cámara, tan inerte y vacía de vida.

Me daba pavor la reacción de la gente que me conoce superficialmente, en el trabajo o en mi barrio.

Detrás de mi cara, seria e inexpresiva que tengo a veces, o de mi rigidez, o de mis temblores, o de la ansiedad que me produce muchas veces mi trabajo, estoy yo.

Toño, Antoñico.

Antuan, Anzoni.

Antonio.

YO, ni más, pero tampoco menos.

Con mis defectos, pero también con mis virtudes.

Con mis lágrimas derramadas en la almohada, fruto de la impotencia y la rabia, cuando no aceptaba lo que me estaba pasando.

Con la fuerza que me da la superación del día a día, y del apoyo de mis verdaderos amigos.

Con la felicidad que supone el plantar un abrazo, sin previo aviso, al que se acerca a mí pidiéndome ayuda, sin decírmelo con palabras.

Con el afán de darle la vuelta a todo, e intentar ver el vaso medio lleno.

Yo no elegí a Parki como acompañante para el resto de mi vida, eso te lo aseguro.

Pero está aquí, y es real, por muy duro que sea.

Y cuanto más se conozca, cuanto más lo conozcas, más fácil será vencerlo.

 

https://www.youtube.com/watch?v=_wC1aw5rifA

 

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